Es muy frecuente encontrar iglesias en donde no se escucha con claridad lo que el predicador dice, lo cual resulta en un rotundo fracaso del objetivo principal, que es dar a conocer un mensaje claro y concreto al público. Este problema se debe a distintos factores que intervienen en el diseño y construcción del auditorio, siendo los principales:
Materiales: La mayoría de las iglesias contienen estructuras metálicas, techo de lámina, paredes recubiertas con azulejos, pisos de losa y grandes ventanales, los cuales son materiales con un muy bajo coeficiente de absorción que favorecen la reflexión del sonido.
Tamaño: A mayores dimensiones (largo, ancho y alto), más tiempo le tomará al sonido viajar hasta una superficie, chocar con ella y reflejarse de vuelta antes de desaparecer, lo cual resulta en el aumento de la permanencia del sonido en el ambiente.
Forma: Es muy frecuente que las iglesias se instalen en bodegas, amplios locales o casas modificadas para albergar un número considerable de personas, sin embargo, este tipo de lugares con paralelismos en sus construcciones favorecen la persistencia de reflexiones sonoras y ecos flotantes.
Las reflexiones caóticas del sonido dentro de un salón pueden generar reverberación, un fenómeno sonoro producido por la permanencia del sonido una vez que la fuente original ha dejado de emitirlo. El tiempo de reverberación RT60 (tiempo que tarda el sonido en decaer en 60 dB) es un parametro utilizado para identificar las frecuencias que persisten más tiempo en el ambiente, permitiendo a los técnicos brindar una solución acústica más precisa.
En una iglesia con acústica óptima el sonido viaja directamente sin interferencias desde las bocinas hasta las personas, permitiendo escuchar todo claramente, por otra parte, el sonido indirecto llega como resultado de múltiples reflexiones en las superficies. Cuando el sonido directo e indirecto son de intensidad similar, le es muy dificil al cerebro humano comprender el mensaje hablado, con lo cual, la función principal de toda iglesia se ve fuertemente limitada.
El acondicionamiento acústico en una iglesia puede mejorar notablemente la inteligibilidad de la palabra (claridad con la que se escucha la música y el mensaje hablado). En SONO nos especializamos en la solución de esta problemática mediante la instalación estratégica de paneles acústicos especialmente diseñados y fabricados para cada necesidad. La variedad de tamaños, diseños y colores de los paneles acústicos SONO buscan no solo optimizar la acústica, sino además mejorar la estética del lugar.
Al mejorar la acústica dentro de la iglesia obtenemos las siguientes ventajas:
Disminución de los tiempos de reverberación y aumento de la inteligibilidad.
Mejor apreciación del sonido para el pastor, cantantes y músicos.
Reducción de la presión sonora dentro del recinto y protección contra daños auditivos para el público.
Se evita que parte del sonido salga del salón y se generen multas o sanciones por ruido excesivo.
Disminución de gastos inecesarios en equipo de sonido, el cual sin un ambiente controlado no funcionará como se desea.
Es importante tomar en cuenta que no todas las iglesias poseen los mismo problemas, por lo cual se debe tratar de manera distinta cada recinto de acuerdo a las necesidades que se tengan. Si tu iglesia presenta problemas acústicos puedes contactarnos y con gusto te atenderemos.